Salir de compras a veces puede resultar una
auténtica pesadilla; y es que ya no sé que talla realmente soy. Si soy un 8 o
un 38, si entro en la M o en la L. La tensión aumenta cuando se pasa al probador
y nada de lo que escoges es de tu talla correcta.
Comprar por internet siempre es una odisea, lo
dejo al azar y me llevo gratos o desagradables sorpresas, eso si no hay compra
en la que no devuelva o cambie algo.
Este problema de la diversidad de tallas no solo
es un asunto que me preocupe a mi, sino también a miles de personas en el
planeta. Preocupa a la Organización Mundial de la Salud, a los diseñadores
y al parecer la Unión Europea ha
decidido proponer la unificación de las tallas.
El hecho de que las tiendas cambien el patrón de
las tallas genera inseguridades en las mujeres, hasta tal punto que una
desilusión en un probador de una tienda de ropa puede desencadenar en
enfermedades como la bulimia o la anorexia.
La confianza y el autoestima de la mujer en muchos
casos, aun más en temprana edad, dependerá de la forma en cómo se ve ella a si misma
y como le ven los demás. Esto sumado a la presión mediática hace que los
estándares de belleza imponga la talla misma, donde el prototipo de mujer ideal
debe entrar en un talla 6 , 36 o 0.
Los
fabricantes de ropa han utilizado el tema de las tallas como una más de sus
estrategias comerciales, aprovechándose del vacío legal existente hasta el
momento en este tema, tanto a nivel nacional como europeo. Con ello, no sólo se
están vulnerando los derechos del consumidor a recibir una información
homogénea, fidedigna y de utilidad en el etiquetado de la ropa que compramos o
que nos probamos, sino que se están promoviendo cánones de imagen y de belleza
relacionados con la delgadez (“caber” en ésta u otra talla) que ponen en serio
peligro la salud física y mental de las personas.
Como si
fuera poco, algunas de las tiendas con “tallas unificadas” no cumplen con los
estándares de medidas. Me he tomado la molestia de comparar en 3 tiendas unos
pantalones talla 38 y en una de ellos no he entrado, en otro he entrado con dificultad
y en el ultimo me sobra; por tanto la pregunta es: ¿seré yo? Con
metro en mano compruebo que entre pantalón y pantalón existe al menos 6 cms de
diferencia.
la
Federación Española de Asociaciones de Ayuda y Lucha contra la Anorexia y la
Bulimia (FEACAB) y la Fundación Imagen y Autoestima han alertado
de nuevo sobre los peligros de la falta de unificación en las tallas y su
impacto en la salud de las personas. La denuncia es unificada entre los
consumidores que ante el desolador panorama muchas veces se obligan a realizar
dietas extremas para volver a entrar en la talla que solían usar.
Hace
algunos años el Ministerio de Sanidad y
Consumo Español, a la cabeza entonces de Elena Salgado, llegó a un acuerdo con
las empresas más grandes del sector textil, tales como Inditex, Mango, El Corte
Ingles o Cortefiel. El acuerdo consistía en unificar las tallas de acuerdo a
unas medidas proporcionadas por el propio Ministerio, que además tendría en cuenta
la morfología de la mujer española. El acuerdo tenía en principio una duración
de 5 años, pero después de muchos estudios y encuestas a fecha de hoy ninguno
de las empresas anteriormente señaladas ha cumplido con el mismo.
El
aumento desmesurado de mujeres afectadas por desordenes alimenticios en la
Comunidad Europea ha hecho que finalmente el Parlamento Europeo se pronuncie al
respecto proponiendo un reglamento en el que se pretende obligar a los
fabricantes de textil a etiquetar de forma más escrupulosa el origen del
producto y a la vez que se instaure un sistema unificado de tallas tanto en
ropa como en calzado. Sin embargo a día de hoy dicho reglamento no se encuentra
aprobado y el problema persiste.
Los
rumores sobre el tan sonado y necesitado reglamento dicen que se publicará en
2015, pero insisto son solo rumores.
¿Y
mientras tanto qué? Antes que ir de acuerdo a lo que marcan las tendencias, la
chica de moda o lo que la gente en general marca como concepto de mujer bella,
debemos hacer un análisis interno y estar en paz con nosotras mismas, no hay
bella más bella que la que es natural y saludable.
Así que
dejar de preocuparos por la talla. Ya sabemos que no es que hayamos engordado o
adelgazado por arte de magia. El cambio de talla no deja de ser una estrategia
comercial para incentivar la marca o
mover el mercado.
Hola guapísima! Dicho y hecho ;). Me ha gustado leer tu blog.
ResponderEliminarLa verdad es que el tema de las tallas es un lío y genera bastante confusión, incluso a veces frustración, entre las consumidoras.
Lo dicho, ahora que te conozco me pasaré de vez en cuando a ver qué nos cuentas :).
Un besito muy fuerte desde www.fashionaria.es