San Sebastián
es sin duda la ciudad más glamurosa y elegante de España, reconocida por su
exquisita gastronomía, por el verde de sus montañas, por la espectacular Bahía de la Concha, por su
inigualable festival de cine y dentro de poco será el foco de todas las miradas
por ser la Capital Europea de la cultura en 2016.
En lo
personal San Sebastián y yo tenemos una relación más allá de lo descrito hasta
ahora; yo diría que es intima. Necesito verla y sentirla de tanto en cuanto
para poder vivir, respirarla, mirarla o admirarla. Son la clave para que el
equilibrio vuelva a mi.
Casualidades
de la vida y el juego del destino que me puso en el corazón de una de mis
pasiones, sin pensarlo llegué al País Vasco hace 4 años y me encuentro con la
espectacular Costa guipuzcoana, cuna de mi ídolo, la inspiración más grande del
mundo del vestido, el arquitecto de la moda: Cristóbal Balenciaga.
Nacido
en 1895 en Getaria, un pequeño pueblo de pescadores situado a 20 minutos de San
Sebastián, Cristóbal Balenciaga a muy temprana edad descubre que su pasión es
la costura e inicia su profesión trabajando en prestigiosas sastrerías donostiarras
junto con su madre. El gran Balenciaga lleva en su sangre los colores de su
tierra y durante toda su carrera tiene como referente el azul del Cantábrico y el
color de los atardeceres de Getaria.
Balenciaga
es unánimemente considerado uno de los modistos más influyentes del siglo XX. Su
visión adelantada de la moda lo hizo estar siempre 2 pasos por delante del
resto de los diseñadores de la época además de establecer todas las premisas de
la modernidad. Reinó durante varias décadas y en un período de especial
importancia para el mundo de la moda como lo fue la incipiente y progresiva
liberación de la mujer después de la I Guerra Mundial .
La
simplicidad de sus diseños y pureza en sus formas le otorgaron el titulo de
arquitecto de moda. Su entendimiento y visión de la silueta de la mujer hizo
que fuera el modisto más apetecido de la alta sociedad parisina. Una silueta
que evolucionó de acuerdo con el tiempo, pasando de su línea barril (que
ignoraba el talle de la cintura) a la figura semientallada, o a la túnica o al
vestido semi saco, todos auténticos hitos de la historia de la moda.
Personalmente
admiro la actualidad de sus creaciones. Cada uno de sus diseños podría dejar
ciegos a los críticos de la moda actual, podría decirse que a sus vestidos no
se les pasa el tiempo. Los encajes y
bordados eran frecuentemente utilizados; las faldas de volumen era otro de los
detalles característicos de este genio, aunque también causaron sensación las
faldas abullonadas o los drapeados. Pero el que marco una época y causo
sensación fue su estilo baby-doll.
Balenciaga
se ocupó de todos los frentes de la moda: vestidos de día, coctel, de noche,
abrigos y vestidos de novia…, estos últimos son magníficos exponentes de la
evolución formal y estética de la obra de este modisto. En la época de los 40
tuvo gran influencia historicista, mientras que en los 50 se caracterizó por la
silueta tradicional de cuerpo ajustado y voluminosa falda, una tendencia más
imperial. En los 60 el protagonismo se cede a la novia, donde se evitan los
adornos superfluos evocando la simpleza.
Otro de sus sellos característicos es la individualidad de
las partes de las prendas: mangas, puños y cuellos siempre por separado, para
luego ser unidos por enormes detalles. Las faldas con cortes de cuadro ventana
que se adhieren a la silueta siguen siendo una de las premisas de lo que hoy
profesa la casa Balenciaga.
Coco Chanel reconocía que Balenciaga era el único y auténtico
coutier,
ya que a diferencia de sus contemporáneos, era capaz de diseñar, cortar, montar
y coser un vestido de principio a fin. Para Christian Dior, Balenciaga era el
director de la orquesta de la moda y Givennchy lo definió como el arquitecto de
la moda.
La admiración que despertaba en sus compañeros diseñadores
le convirtió en el maestro del diseño y mayor expositor del diseño y la moda
española.
Hace 40 años murió, pero nos dejó un gran legado. No ha sido
tarea fácil mantener en la cumbre esta famosa casa de moda, sin embargo a día
de hoy y gracias al diseñador francés
Nicolas Ghesquiere se mantiene el espíritu de la casa.
El nuevo Balenciaga sigue siendo revolucionario, modernista
y transformista para la época, adoro su obsesión por el cuero que es igual a la
mía misma, sus líneas de accesorios y zapatos son de una fina riqueza y
elegancia en el sentido moderno. No es del gusto de todos pero a mi me vuelve
loca.
Getaria la tierra que vio crecer a Cristóbal Balenciaga
rinde homenaje a este inigualable diseñador en un museo dedicado a su obra. En
6 salas se trata de plasmar la espectacularidad de su trabajo. Una experiencia
inigualable para los “frikis” de la moda es el poder ver la precisión de sus
prendas. Los invito a que lo visiten y de paso disfruten de los placeres de San
Sebastián, mi “Bella Easo”.
A continuación algunas de las mejores prendas expuestas en el museo Balenciaga en Getaria.
Vestido de Noche en seda fucsia: Largo, con ligera cola. Escote palabra de honor. Sin corte en la cintura, el cuerpo va montado sobre un corsé interior. En el remate inferior la falda lleva dos volantes que arrancan del delantero y se prolongan formando la cola. Va forrado en tafetán de seda del mismo color
Vestido de novia en shantung de color marfil con bordado erudito en hilo metálico dorado, entorchado sobre alma de seda y aplicación de lentejuelas de color nacarado dibujando motivos florales |
La nueva era Balenciaga: El diseñador Nicolas Ghesquiere, acompañado de la actriz Kristen Stewart nueva cara de la firma para este año |
Me ha resultado muy interesante ;))
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